domingo, 7 de enero de 2018

Escarlata

(25/08/2014)

Callada,
mi boca sellada
por mi propia sangre
que me traiciona y se retiene de ser salpicada.
¡Qué sangre amante y humana, que me quiere tener por tanto callada! Y si no fuera por ti, habría de gritar, y habría de no sentir nada, pues tú tomas contigo lo que mi corazón más reclama aun si lo desoigo, y haces que conmigo misma esté siempre enemistada. ¡Sangre de monstruo! La pureza que procuro se me ve una y otra vez negada por tu mancha de escarlata. Y me habla Dios airado porque mis ambiciones no son cristianas. ¡Pero si es mi sangre la que me hace un alma silenciada! Y ahogar he mis gritos de amor por no ofender al mismo, y suspirar con la boca tapada. Ángel que me atraviesa con su espada de plata, arma de poeta inmaculada, arma como la niebla de la mañana, ¡antes de que peque me condenas, y mi herida ni siquiera sangra!

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