martes, 23 de enero de 2018

Deseo terrenal XIII

(01/06/2015)

Cada día me levanto con tantas oportunidades como cintas de las que tirar para desenvolver un regalo.

Cada mañana me acuesto con tanto arrepentimiento.

Y es que aún habiendo aflojado algunos de esos nudos, me quedan tantos otros atrás cada noche enredándose en mis pies quietos. Apretándome hasta que los pinta mi sangre, implorándome que les haga caso hasta que ya no quiero verlos.

Entonces pienso en el tiempo, y me doy cuenta de que la base de mi angustia es solo una ilusión, un grandísimo miedo del que no escapo. La belleza, el amor o la justicia dan a cada hora algo de sentido, pero éstas siguen estando tan incompletas. Me chirría tanto el espacio entre segundo y segundo.

El grifo del universo está abierto a pleno chorro, pero yo solo alcanzo a juntar dos o tres gotas en mi vaso que apenas me mojan los labios, mientras que la sed de mi espíritu es tan grande, y este cuerpo se seca; y este calor lo acelera, y este sol me deja ciega.

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