Sshhh, silencio,
no me digas nada.
Sshhh, callade
has de permanecer.
No hace falta pronunciar palabra.
Todos tus secretos
los adiviné.
Así que
sshhh,
tu boca cerrada.
No me escribas ninguna carta, ni cartel
gritándome las cosas que ya están susurradas.
No repitas las fórmulas,
no rebobines el cassete.
No vuelvas a encender las luces otra vez.
Nuestras caras están lo suficiente iluminadas,
aunque constantemente pienses que no me ves bien.
Sshhh, apacigua al animalito
que desde dentro de ti quiere echar a correr.
Disciplínate y aprende a guarecer
a tus tiernas palabras
de la luz directa del atardecer.
Así como te sientas nacer alas,
ata a la tierra tus pies.
Dime sshhh, para que no me asuste
de tus labios cerca de mi piel.
Mantente alejade,
sshhh,
mantente siempre fiel.
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