jueves, 21 de diciembre de 2017
Diario 17/08/2016
A veces pienso que nadie me va a querer más de lo que yo los quiero a ellos. A todas las personas cuantas en mi vida se han acercado a mí, para luego alejarse, las sigo sintiendo a mi lado, porque las sigo queriendo. Más que al lado; las siento dentro, como si fueran un órgano más de los que me hacen funcionar. Mi sangre los recorre, mi pulso los aviva todo el tiempo, y así será hasta que mi corazón no lata más. Y crecen porque yo crezco, y sienten porque yo siento; me siguen dando punzadas y caricias aunque estén cada vez más lejos. Y me siento a la vez que muy sola, muy acompañada. Porque soy todas vosotras pienso que nunca podré echar nada en falta, pero entonces me pregunto, ¿soy yo en alguien igual de santa? ¿Seré yo alguna vez amada tanto como vosotras sois amadas por mí? Porque yo os amo en extremo, y éste nunca acaba. Yo nunca, jamás, por nada del mundo querría dejaros, mas la mayoría de vosotras os habéis alejado. Y tengo este constante miedo, ya un viejo conocido para mí, de que os asfixie mi abrazo. De que os asustéis del monstruo de mi amor y corráis. Que un día, de la nada me digáis que lo mío es demasiado, que querer tantísimo es malo, que tengo de una vez que aceptar que soy un ser limitado. Y la verdad es que ni así podríais huír, porque una vez me mirasteis, pasasteis a formar parte indisoluble de mí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario