Cómo amo veros llegar.
Cómo amo veros partir.
Tan hermosos, como bestias, aliviando mi vivir;
sobre el mar, que se mueve así,
¡así!,
como nunca nada se moverá para mí.
Sobre el mar.
Sobre todo aquello que me quiere engullir,
yo os veo ir,
como si nunca nada os fuera a hundir.
Y cada una de las olas en vuestra estela
suspira:
"¿por qué sufrir?
¿por qué sufrir?
¿por qué sufrir?"
Y yo al escucharlas me pregunto,
¿no pensáis nunca en que os vais a morir?
En que os vais a morir
así,
como quizás me pase a mí.
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