Quisiera despertarme a tu lado. Otra vez a tu lado, pero esta vez más cerca.
Quisiera empezar mi día siguiendo a tus manos en su caravana de tareas.
Quisiera abrazarte tan estrechamente que sintiese mi alma volverse un poquito la tuya. Que nadie me dijese que eres menos, ni que eres más, sino que eres tú y te relatasen como a una leyenda a mis oídos de niña. Y yo sabiéndote cierta, desoiga lo que te niegue. Y yo te piense siempre maravillosa, y te haga grandiosa, fuerte. Y yo te vuelque mi amor en mi mirada sin que quieras de ella protegerte; que lo bienvengas haciendo de tu corazón un recipiente, y me veas ir, con muchas ganas de sonreír, incluso si me voy para siempre. Quisiera no ser nadie, pero ser más que suficiente.
Quisiera empezar mi día siguiendo a tus manos en su caravana de tareas.
Quisiera abrazarte tan estrechamente que sintiese mi alma volverse un poquito la tuya. Que nadie me dijese que eres menos, ni que eres más, sino que eres tú y te relatasen como a una leyenda a mis oídos de niña. Y yo sabiéndote cierta, desoiga lo que te niegue. Y yo te piense siempre maravillosa, y te haga grandiosa, fuerte. Y yo te vuelque mi amor en mi mirada sin que quieras de ella protegerte; que lo bienvengas haciendo de tu corazón un recipiente, y me veas ir, con muchas ganas de sonreír, incluso si me voy para siempre. Quisiera no ser nadie, pero ser más que suficiente.
Quisiera ser la flor que la mirada te devuelve en cuanto posas en mí tus ojos como las mariposas suelen. Que me dejases donde estoy y nunca me llevases a la cárcel de un jarrón de lenta muerte.
Quisiera pronto verte. Otra vez verte.
Quisiera pronto verte. Otra vez verte.