Es la noche más fría del invierno; el sol transita bajo mis pies. El mundo en torno a mí está congelado, nieve es todo cuanto puedo ver, mas en el cielo no asoma una nube, así que confío en que más no habrá de caer. Las estrellas brillan con fuerza, lejísimos de mí, mas desde su distancia hacen refulgir el hielo, y parecen estar justo aquí. Y su luz me hace ver un camino; semienterrados en el suelo nevado observo cientos de hilos, tiesos por la escarcha pero con su color aún prendido. El más notable es rojo; es grueso y a la luz de los astros semeja encendido. Otro es verde y, surgiendo como un brote, parece vivo. El rosa, con el más mínimo roce de mi mano disuelve su capa de hielo y se queda empapado. El que es pardo de seguro es fuerte, pues parece por sí solo anudado. El naranja y el morado son muy llamativos, pero mi favorito es el azul, el último que encuentro, el más escondido y helado. Con el mismo color del cielo, con sus pequeñísimos cristales de nieve parece infinitamente estrellado. Cómo quisiera que la primavera llegase solo para poder rescatarlo, y con todos los demás hilarlo en el más bello tapiz que pudieran tejer mis torpes manos. Tengo la impresión de que bajo este brillante manto todos están muy enredados. Las estrellas me los muestran desde sus remotas casas, pues la luz en el vasto universo no haya obstáculo, pero el calor, por desgracia, no llega a viajar tanto. Quisiera poder derretir el invierno entero, y que no volviese a soplar el viento polar en lo que queda de año. Dentro de mí persiste, no entiendo ni cómo, un calor vulnerable y humano. Oh, pero hace tanto frío esta noche...
Frías como el aire, si no más, están mis manos. Casi puedo sentir cómo la temperatura va, grado a grado, bajando. Me froto sin parar, pero el fuego de mi cuerpo se aviva solo para de un soplido quedarse escuálido. ¡Tanto frío! Que la sangre se va de mis labios, y el silencio, junto con la helada, de mí y de todo se van adueñando. Y empiezo a delirar, pensando, oh estrellas, si pudiérais acercaros...
Si pudiera yo misma venir a salvarme desde el futuro verano.